En la entrada anterior descubrimos la importancia del oro para poder llevar cabo una regeneración y un fortalecimiento de la atmósfera ante el deterioro continuo y creciente que estaba sufriendo. El apreciado mineral se convierte en una necesidad vital para la humanidad y pasa a ser una auténtica prioridad el poder reunir la mayor cantidad posible de él. Pero, ¿hay tanto oro en la Tierra?
La escasez del oro

El tan buscado elemento normalmente se encuentra como metal. Ocasionalmente se halla en forma de pepitas grandes, pero generalmente es más probable detectarlo en pequeñas inclusiones de algunos minerales como el cuarzo o la pizarra. Es decir, el oro está distribuido y esparcido por el planeta.
Se cree que el origen cosmogónico del oro procede de las reacciones nucleares altamente energéticas que se producen solamente en las estrellas de gran masa. Se conjetura que la mayoría de los elementos pesados como el oro se forman en las colisiones de estrellas de neutrones. Por lo tanto, todo el oro de la Tierra fue acrecionado en la Tierra, durante su formación y la del sistema solar, y no se creó ningún oro nuevo.
Sin embargo, no solamente se encuentra asociado a yacimientos minerales. El agua de mar contiene concentraciones bajas de oro, del orden de 10 partes de oro por cada billón de partes de agua. Pero en la actualidad no existen procesos rentables adecuados para la extracción del oro marino. Debido a que el coste de bombear 1.000 toneladas de agua del mar para procesarla excede con creces el valor de cualquier cantidad de oro que se pudiera extraer, carece de viabilidad la insistencia de adquisición de oro por este camino.
La extracción del oro

El equipo de ingenieros y científicos más prestigiosos del momento dedicado a encontrar el mejor sistema para la obtención de oro a través de los procesos de extracción más complejos tuvo que barajar varias propuestas para lograr conseguir un método eficaz y acorde a la necesidad.
La tecnología de extracción hasta el momento es inviable principalmente porque el proceso siempre requiere la manipulación de grandes cantidades físicas de mineral para obtener resultados muy pequeños. Se necesita una gran cantidad de energía para el proceso y a veces no compensa la calidad de mineral para que pueda ser trabajado de forma adecuada.
La amalgama es un proceso basado en mercurio que funciona por la disposición del metal para ser disuelto en dicho elemento. El mercurio se aplica al mineral, recoge el oro y la amalgama resultante se destila, hirviendo el mercurio para deshacerse de él. No obstante, el mercurio es altamente tóxico y, por tanto, ecológicamente peligroso. La consecuencias de la aplicación de este método podrían ser contraproducentes y empeorarían la situación tan inestable a la que se enfrenta nuestro planeta.
El proceso con más números de ser el elegido para tal cometido, es la cianuración (o proceso de cianuro). El cianuro sódico en la presencia del aire provoca que el oro entre en solución. Un mineral de buena calidad se deshace de su oro en un proceso de filtración en tanques. Un mineral de calidad inferior necesita pasar por el proceso de lixiviación, donde grandes pilas de mineral son rociadas con solución de cianuro durante un periodo de tiempo prolongado. Pero debido a la naturaleza tan venenosa del cianuro, tras haber realizado varias pruebas de obtención de oro, se descartó este método al detectar graves problemas de salud en los participantes.
¿Alquimia?

La situación no era cómoda. Teníamos lo que parecía una solución eficaz, pero no era fácil poder aplicarla.
En ese momento, cuando la desesperación y la histeria comenzaban a apoderarse del equipo técnico más sofisticado del planeta, los miembros más filantrópicos del consejo del proyecto, pertenecientes a sectas y órdenes esotéricas secretas tales como la masonería, con altos conocimientos en alquimia, propusieron abrir una línea de investigación basada en la obtención de oro a través de la transmutación, es decir, la conversión de un elemento químico en otro.
En la próxima entrada explicaré en qué consiste la transmutación y cómo la impotencia y la extrema necesidad empuja al ser humano hasta niveles tan insospechados como desafiar a la física. Revelaré si es posible o no obtener oro mediante la transformación de otros elementos y si finalmente esta será la solución tan esperada y deseada.
¡Hasta la semana que viene, curiosos!
Yesu
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