A modo de resumen para ayudar a contextualizar la situación actual de la humanidad ante el problema de la atmósfera, recordemos que después de una serie de tormentas solares cada vez más activas, junto con la inversión de polos magnéticos del planeta, el ser humano se ve empujado por la necesidad de reconstruir artificialmente nuestro escudo protector, mediante la pulverización del oro y su deposición en suspensión alrededor de la Tierra, con la celeridad suficiente como para detener a tiempo el peligroso destino que se aproxima.
Después de descartar varias formas de obtención de oro en cantidades óptimas, el equipo líder concluye que el eje central de la misión consiste en buscar el metal fuera de la Tierra. La esperanza se sustenta sobre la capacidad de encontrarlo en nuestro sistema solar.
Así comienza una carrera tecnológica para diseñar sondas exploradoras no tripuladas, dotadas de una sofisticación capaz de detectar el deseado elemento con la mayor exactitud y fiabilidad posible.
Tecnología de rastreo

Desarrollar una tecnología de detección de oro eficaz fue una de las fases del proyecto que más tiempo ocupó, debido a la dificultad de diseño del equipo y sus sensores.
En primer lugar, los equipos de rastreo debían estar equipados de diferentes sensores de detección. Hallar oro a larga distancia era todo un reto en cuanto a instrumentación de sensores, pero crear el algoritmo capaz de analizar la información para devolver un resultado preciso y fiable lo era aún más.
En segundo lugar, las sondas debían disponer de una tecnología de desplazamiento superveloz, con el fin de obtener los resultados lo antes posible y poder activar la misión tripulada para la extracción del oro.
Provistas de varios detectores, las sondas debían poseer diferentes facultades que permitieran detectar metales similares al oro, diferenciando este último al final de proceso. Su funcionamiento de gran sensibilidad consistía en analizar cada caso positivo, de menor a mayor probabilidad. De esta forma, el mínimo indicio de hallazgo activaría el análisis profundo hasta obtener un diagnóstico detallado que proporcionara una alta fiabilidad.
Sistema de detección de oro

Cada componente de las sondas tenía una función concreta y única, cuyo resultado sería un conjunto ensamblado a una máquina considerada una proeza de la ingeniería.
Algunos de los sistemas instalados eran:
- Sistema bioenergético: sensible a cualquier mínimo cambio en una estructura orgánica, mediante un emisor de ondas energéticas y un receptor de tejido biológico, se emplea para la detección de cualquier objeto metálico.
- Sistema de ionización: método iónico con el cual se consigue medir la radiación mediante absorción de los propios iones, integrando un dispositivo sensible a la reacción metal-ión.
- Termoescáner: se trata de un dispositivo de medición para detectar diferencias en las temperaturas del medio ambiente. Mediante sus barridos, permite identificar zonas frías y cálidas de un campo. Detecta cavidades internas y visualiza una distribución de las temperaturas enfocadas.
- Tecnología de inducción de pulsos: el desarrollo de esta potente herramienta está basado en el uso de una corriente parásita que varía automáticamente y que permite una demora controlada del impulso consiguiente. Este proceso consigue ampliar la dimensión del campo detector y profundizar en el interior de los subsuelos hasta alcanzar profundidades superiores al resto de sensores. La precisión de este equipo no es un punto fuerte, pero puede llegar a descartar más del 50% del territorio global rastreado ya que es capaz de discriminar entre metales ferrosos y no ferrosos.
- Radar omnidireccional con oscilador de radiofrecuencia: dispositivo de penetración terrestre de gran profundidad cuyo funcionamiento se basa en la transmisión de una señal de impulsos electromagnéticos para posteriormente recibir la reflexión de la misma analizando el eco para detectar anomalías subterráneas. Su transmisor de alta frecuencia está basado en tres antenas capaces de triangular para optimizar los análisis geoeléctricos del suelo simplificando la medición geofísica y obteniendo una gran resolución de las mediciones. Dispuesto de filtros con autoajuste inteligente, logra descartar posibles falsas lecturas.
Sistema de desplazamiento: hipervelocidad

Hacía relativamente poco tiempo, la ciencia había descubierto anomalías inexplicables en ciertos puntos del planeta. En lugares tales como Yemen y la zona de la antigua Mesopotamia, entre el Tigris y el Éufrates, se estaba llevando a cabo una serie de investigaciones encubiertas y altamente secretas, relacionadas con los llamados portales interdimensionales.
Los ultimos analisis habían revelado que cada planeta posee numerosos portales. Para ser más específico acerca de su función, estos portales son accesos que llevan hacia vórtices, en donde el concepto del tiempo no existe, donde el tiempo literalmente se ha hundido sobre sí mismo por la acción concentrada de partículas de luz, ya que una concentración excesiva de luz inhibe el tiempo.
Estos túneles están formados por partículas que se desplazan a tal velocidad que anulan el concepto del tiempo. En los vórtices atemporales, el tiempo no cuenta, por lo cual son innumerables. A escala anatómica, podrían ser comparados a los diversos vasos sanguíneos utilizados para irrigar los órganos de un cuerpo vivo. A escala de la geometría espacial, esto funciona de la misma forma como se conectan todos los planetas entre ellos, estando cada sistema estelar vinculado con sus vecinos. Cada universo “isla” (o galaxia) está igualmente conectada de esta manera.
En realidad, los vórtices atemporales permiten a cualquier individuo de este universo viajar de un punto a otro más rápidamente que la luz. Estos túneles invisibles para el ojo humano son como puentes lanzados entre los mundos y las galaxias. Vibran sobre longitudes de onda extremadamente cortas y no tienen nada que ver con los que conocemos nosotros en nuestro mundo tridimensional, a excepción de las longitudes de onda que podemos observar en lo infinitamente pequeño.
La luz es crepuscular, es decir que está constituida por minúsculas partículas. Los túneles atemporales están formados exclusivamente por partículas de tipo taquiones que son partículas supraluminosas, conectadas unas con otras y que circulan más rápidamente que la luz. Los taquiones crean campos de energías sutiles y forman la masa que falta del universo, la cual, desde hace unos pocos años, escapa a los especialistas.
Las sondas disponen de la tecnología de transporte capaz de viajar a través de estos túneles conectores, dando resultado a hipervelocidades de desplazamiento. La forma geométrica de las sondas en modo viaje es esférica, mientras que cuando entran en modo operación se abren desplegando los diferentes sensores de medición y detección.
Sondeo del sistema solar

Una vez realizados los ensayos de operatividad y control de calidad de los primeros prototipos, después de haber confirmado unos resultados altamente satisfactorios, la producción y fabricación de las unidades se llevó a cabo en poco tiempo, dando como resultado la creación de 250 de estas verdaderas obras maestras de la tecnología más avanzada del momento.
Estos dispositivos, dotados de inteligencia artificial, fueron dispersados por todo nuestro sistema solar, en busca de esperanza.
Continuará…
¡Hasta la semana que viene, curiosos!
Yesu
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